Definitivamente la limpieza y mantenimiento del piso dependerá del material. Por ejemplo, no es la misma tarea para el suelo de cerámica que de madera:

Pisos de cerámica vidriada

Para limpiar y mantener los pisos de cerámica vidriada debes utilizar la aspiradora para retirar el polvo. Luego repasa la superficie con un trapo humedecido en agua tibia con un poco de limpiador de uso múltiple.

Pisos de cerámica común

En pisos de cerámica común, no vidriados, basta con el uso de la aspiradora y del trapeador húmedo. En manchas rebeldes puedes utilizar una solución de vinagre o simplemente limpiador antigrasa del que usas en la cocina.

Piso de linóleo

Si tu piso es de linóleo, sólo debes aspirar y pasar un trapo apenas húmedo cuando fuera necesario, sin excederte en la limpieza y cuidando de la humedad, pues el agua hace que el linóleo se torne quebradizo.

Adoquín, barro y ladrillo

En los pisos de adoquín, barro y ladrillo debes evitar los golpes fuertes o el tránsito irregular. Procura aspirar de manera periódica para eliminar el polvo y la suciedad que queda atrapada entre los poros de estos materiales. Luego repasa con un trapo húmedo para eliminar pelusas y otras suciedades que hubieran quedado enganchadas entre la textura.

Fuente: Metroscubicos.com