Usted puede esforzarse por conseguir su objetivo, pero quizás su esfuerzo es difuso: mientras desarrolla su plan de trabajo piensa también en la última película que vio, o quizás en aquel trabajo que dejó pasar. Estos esfuerzos no logran concentrarse en una sola actividad que lo dirija a su objetivo principal.

Pero concentrarse no es complicado. Lo complicado es abandonar las malas prácticas distractoras. ¿Se anima a intentarlo?

Basta con el multitasking

Prepare una lista completa de las tareas que realiza durante el día. Revísela con atención y piense cuáles necesitan ser completadas con premura y cuáles pueden esperar. Piense también si son tareas que pueden ser delegadas, no es necesario que sea usted mismo quien cumpla todo. Al dejar de lado las cosas que le quitan tiempo de manera innecesaria, descubrirá que es mucho más sencillo enfocarse en las tareas que sí son importantes.

Establezca prioridades

Una vez que ya tiene seleccionadas todas las actividades que requieren de su atención primordial, no pretenda realizarlas todas al mismo tiempo ni de alocarse intentando cumplir con todas a la vez. Seleccione las tres más importantes y centre su atención en realizar estas tres hasta el final.

Corte las distracciones

Cuando nos preparamos para cumplir con tareas importantes, se vuelve bastante usual que recordemos pequeñas cositas que teníamos que realizar: hacer llamadas pendientes, ordenar el escritorio, revisar Facebook, responder correos electrónicos. Basta. En realidad lo que está haciendo es dilatar el momento de inicio de sus tareas. Pueden parecer asuntos que no toman más de 5 minutos, pero, en realidad, cuando menos se de cuenta, habrán pasado ya 45 minutos y usted seguirá sin haber hecho nada productivo.

Fuente: Plusempresarial.com

TAGS RELACIONADOS