Por ello, a continuación le recomendamos algunas características de las personas que siempre caen bien:

Prestan atención

Si mientras los demás le hablan usted está más concentrado en su smarpthone, revisando correos, noticias o simplemente las redes sociales, entonces ya puede comenzar a imaginar que piensan los demás. Demuestre interés en lo que las otras personas le dicen, deje el celular en el bolsillo y sonría un poco más para ver como comienza a convertirse en una persona agradable para los demás.

Son maestros del Jiu-Jitsu social

El Jiu-Jitsu es el “arte de la suavidad”, con lo que nos referimos a la capacidad que tienen ciertas personas de obtener mucha información de los demás sin necesidad de revelar nada personal. La clave está en realizar las preguntas correctas, reaccionar de manera adecuada y mostrar una actitud abierta.

No mantienen una pose de poder

Las personas poderosas nos inspiran respeto, pero también temor. La clase de persona a la que realmente querríamos contarle nuestra vida es aquella que se mueve de manera agradable, cercana a nosotros. Encontramos un buen ejemplo en Nelson Mandela, un gran líder que se inclinaba levemente hacia adelante y se acercaba a su interlocutor con una sonrisa, casi como diciendo “soy yo quien realmente tiene el honor de conocerte a ti”.

No piden nada

En ocasiones, toda la simpatía que alguien puede haber mostrado se desmorona cuando nos damos cuenta de que lo que realmente pretenden es vendernos algo, hacer un buen contacto para el futuro o presentarnos a un familiar que necesita ayuda. Las personas que caen bien parecen tener buena suerte, porque no utilizan a las personas como herramientas para conseguir sus objetivos, sino que simplemente las respetan y las cuidan, y tarde o temprano, ven su comportamiento recompensado.

No se quejan

Uno de los puntos más olvidados es que quejarnos constantemente nos convierte en personas indeseables. Cualquier tonto puede criticar, quejarse y condenar a los demás, por lo que suelen hacerlo, pero hace falta autocontrol y mucha personalidad para ser comprensivo y perdonar.

Saben despedirse

Las habituales fórmulas de despedida (“ha sido un placer”) no suelen causar una gran impresión. Por el contrario, debemos mostrar cierto entusiasmo y centrarnos en algún aspecto concreto de la conversación que hemos mantenido para demostrar que de verdad nos interesamos por la otra persona. Es decir, “me ha gustado hablar contigo acerca de cine”, “que te vaya bien en tu próximo proyecto” o “espero que volvamos a encontrarnos para seguir con esta conversación”.

Fuente: Plusempresarial.com