No es normal y no debe jamás transformarse en una situación común en nuestra empresa: trabajadores poco entusiasmados, sin ganas de cooperar en proyectos nuevos o a punto de abandonar incluso sus funciones diarias. Ese no debe ser nunca el ambiente laboral que esperamos encontrar en nuestra empresa. Entonces, la pregunta es sencilla: ¿Qué lleva a un empleado a sentirse aburrido de su trabajo?

Pocas oportunidades de crecimiento

Cuando uno llega a un nuevo trabajo, siempre lo hace con la idea de continuar creciendo dentro de esa empresa. Pero, muchas veces, al momento de buscar personas nuevas para determinados cargos, nos preocupamos de buscar fuera y nos olvidamos del personal interno con el que ya contamos en nuestra empresa. Tome siempre en cuenta a las personas que ya trabajan en su empresa, pues ellas ya conocen el negocio y como funciona.

Expectativas falsas

Si comienza engañando a sus trabajadores, entonces la relación no logrará prosperar nunca. Hablarles de ascensos, aumentos de sueldo, viajes, y otras promesas que nunca se harán realidad llevarán a que su trabajador se convierta en una persona desconfiada y, por lo tanto, desmotivada.

Poca comunicación

Un nuevo trabajador no conoce lo suficiente cómo funciona nuestra empresa en particular, así que necesitará alguien que le explique los procesos y funciones que debe realizar, además de capacitarlo en cuanto a su puesto. Incluso si tiene ya un tiempo trabajando en la empresa, no deje nunca a sus trabajadores a la deriva, sin que sepan a quien pueden acudir si tienen una duda o algún problema.

Falta de reconocimientos

Cuando las personas hacen bien las cosas, hay que hacérselos saber y reconocerlos. No hablamos necesariamente de reconocimientos económicos, pues igual de bien funcionarán mencionar el nombre de la persona en una reunión, acercarse de manera personal a agradecerlo, mandar una pequeña tarjeta, etc. Lo importante es que nuestros trabajadores sepan que hacen las cosas bien y que nosotros apreciamos eso.

Fuente: Plusempresarial.com