¿Te sientes identificado con el título? Esperamos que no, pero la realidad, es que es un problema relativamente frecuente en empresas: formas un equipo con personas expertas en la materia, pero, tras unos meses, se empiezan a evidenciar resultados muy por debajo de lo esperado.

Esta situación parece no tener sentido alguno. Sin embargo, Vladimir Vivar, gerente general de Applying Consulting, parece haber encontrado la respuesta a esta aparente paradoja. “Debo decir que he trabajado con varios equipos y las cosas no siempre han ido bien. Sin embargo, como dice el refrán ganador, ‘en esta vida ganas o aprendes’”, señala.

En base a los errores cometidos y a la experiencia adquirida, es que nos presenta algunas conclusiones acerca de por qué muchas veces la cuestión no va como debería, a pesar de contar con personas brillantes:

-No es un equipo

Aunque suene contradictorio, el que un grupo de personas trabajen juntas no les hace un equipo. Simon Sinek dice algo muy interesante al respecto: “Un equipo no es un grupo de personas que trabajan juntos; un equipo es un grupo de personas que confían entre sí”. Ésa es la clave de un equipo de alto rendimiento: la confianza.

-No se hacen cargo

Está claro que cada persona del equipo tiene sus tareas bien definidas – o al menos eso se espera -. No obstante, cuando ocurren los problemas, nadie se quiere hacer cargo. Esto hace que la confianza del equipo se deteriore, pues los problemas se tendrán que resolver de todas maneras, pero no se podrá contar con todos para resolverlo.

-Objetivos mal definidos

A la hora de preguntar al grupo si los objetivos están 100% claros, las respuestas tienden a ser increíblemente desviadas. Por mencionar un ejemplo, existen quienes creen que su rol es encontrar los problemas en el trabajo de su compañero de trabajo. Nada más alejado de la realidad, puesto que debe haber una sinergia entre todos para lograr un objetivo común. Fijarse en el problema del otro sólo genera conflicto.

Ahora la pregunta es: “¿qué debe de tener un equipo para lograr resultados?”. Según el gerente general de Applying, el factor que marca el cambio es el Espíritu Emprendedor: Una persona emprendedora siempre buscará la mejor manera de hacer las cosas; tratará siempre de transformarlas y hacerlas más simples.

Las personas con Espíritu Emprendedor se adaptan rápidamente a los cambios, se hacen cargo de la situación, y siguen adelante adecuando puntos con el fin de optimizar resultados. Esto hace que sean vistos como líderes naturales, y no hay mejor líder que quien inspire al resto del equipo.

A todo esto, Vladimir Vivar añade un último veredicto: “No importa cuántos títulos tengan los profesionales de tu grupo; no importan los años de experiencia que tengan ni lo creativos o inteligentes que sean según la evaluación de RRHH. Nada de esto será importante si las personas no quieren hacer las cosas, si no se sienten motivadas y no tienen esa ambición de lograr cosas importantes y marcar un hito”.

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