El ocupó el cuarto lugar en América del Sur como país receptor de inversión extranjera directa (IED) durante el 2017, según el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe ().

El (BCR) ya había indicado que el Perú captó 6,769 millones de dólares por concepto de inversión extranjera directa en el 2017, con lo cual retrocedió 1.4% respecto al 2016.

De acuerdo al estudio de la Cepal, el Perú superó a Chile (6,419 millones de dólares), Bolivia (725 millones de dólares), Ecuador (606 millones de dólares), Paraguay (356 millones de dólares), Uruguay (27 millones de dólares) y Venezuela (0).

Sin embargo, el Perú fue superado por Brasil (70,685 millones de dólares), Argentina (11,517 millones de dólares) y Colombia (13,924 millones de dólares).

El informe de Cepal indicó que la inversión extranjera directa en América del Sur alcanzó un total de 111,028 millones de dólares en el 2017, registrando una caída de 4% con relación al 2016.

“Pese a un contexto internacional caracterizado por un mayor crecimiento de la economía mundial, una elevada liquidez internacional, altos beneficios en las grandes empresas y optimismo en los mercados financieros, las corrientes de inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe, cayeron por tercer año consecutivo en el 2017”, dijo la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Barcena.

América Latina

El informe de Cepal señaló que los flujos de inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe se quedaron en 161,673 millones de dólares en el 2017, un 3.6% menos que el año anterior, y un 20% por debajo de lo recibido en el 2011.

El organismo regional de las Naciones Unidas hizo un llamado a los gobiernos a incentivar la inversión extranjera directa de calidad y compatible con el desarrollo sostenible, sobre todo para promover un cambio en la estructura productiva de los países que permita alcanzar la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

El informe sostuvo que en un análisis de mediano plazo, la caída continuada de la inversión extranjera directa desde el 2011 se explica por los menores precios de los productos básicos de exportación, que redujeron significativamente las inversiones en las industrias extractivas y por la recesión económica registrada en 2015 y 2016, principalmente en Brasil.

“Estas dos tendencias, sin embargo, fueron parcialmente revertidas en 2017 cuando la región retomó el crecimiento (1.3% del PBI) y los precios del petróleo y metales subieron. Esta alza de precios hizo que se recuperara la rentabilidad de la inversión, tras varios años de caída, lo que también empujó la reinversión de utilidades, pero no ha sido suficiente para que se recuperara la IED en las industrias extractivas”, indicó.

Según el informe de la Cepal, por su origen las principales fuentes de inversión extranjera directa en la región en el 2017 fueron la Unión Europea y Estados Unidos, respectivamente. La prevalencia de Europa es particularmente notoria en América del Sur, mientras que Estados Unidos se mantiene como el principal inversor en México y Centroamérica.

“No se trata simplemente de crear las condiciones para que lleguen capitales extranjeros, sino para que las inversiones se vuelvan fuentes generadoras de derrames tecnológicos y productivos, de empleo, y para que se orienten hacia un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible”, resaltó Bárcena.

Fuente: Andina.