El comercio electrónico tuvo un 2020 marcado por los peaks históricos de ventas y la adaptación a una sobredemanda constante, en un contexto marcado por el confinamiento a nivel mundial para frenar la propagación de la pandemia de COVID-19.

La imposibilidad de realizar compras presenciales marcó la entrada masiva, tanto de consumidores como de comerciantes a la modalidad online, lo que se tradujo en un crecimiento del sector que sólo se proyectaba para varios años más.

Este escenario mundial también se ha observado con fuerza en países de Latinoamérica, donde en las últimas semanas de diciembre se pudo ver nuevamente la penetración inédita que han tenido estos canales de consumo en la población.

De acuerdo con un estudio elaborado por Beetrack, compañía de tecnología asociada a logística de última milla, que opera a nivel regional, en las semanas previas a Navidad se registraron alzas de más de 300% en las órdenes de despacho por compras online, en comparación con la primera semana de marzo, antes que el coronavirus fuera declarado pandemia.

Específicamente en la tercera semana de diciembre (del lunes 14), Chile mostró un crecimiento de 387%, seguido por Colombia, con un 204%; luego México, con un 157%; y Perú con 118%. Estas cifras surgen tras haberse observado cifras un poco menores en octubre y noviembre.

El CEO de Beetrack, Sebastián Ojeda, explica que en este fenómeno se conjugan principalmente factores relacionados al confinamiento y a las fiestas de fin de año.

Las cuarentenas tienen una relación directa con el aumento de la demanda en los canales de comercio electrónico, y estas medidas son justamente las que se han adoptado en distintos países de América Latina en las últimas semanas, en vista de las alzas de los contagios. Esto es un cambio notorio en comparación a octubre y noviembre, cuando hubo períodos de mayor desconfinamiento. A esto se suma que este escenario se da justo en los días previos a Navidad, lo que fue un impulso aún mayor, si se considera además las dificultades para acceder al comercio físico”, sostiene Ojeda.

En el caso de Chile, el crecimiento es más pronunciado se inicia con anterioridad, incluso desde la segunda quincena de noviembre. El ejecutivo afirma que en este país también hay otros factores que se agregan al escenario general.

El e-commerce en Chile tiene un buen grado de madurez y además tiene una penetración bancaria muy alta en comparación a Colombia, por ejemplo. A esto se ha sumado el segundo retiro del 10% de los fondos de pensiones que, a pesar de que aún no se ha entregado en su totalidad, es un ingreso con el que muchas familias cuentan, lo que incentiva su consumo e incluso recurrir al endeudamiento momentáneo”, comenta.

Ojeda además enfatiza en la contraposición de este escenario con Perú, en que las cifras del sector han tenido un crecimiento más pausado. “En los primeros dos meses de pandemia en Perú, los servicios de delivery no tenían permitido funcionar, por lo que ese fenómeno de sobredemanda inicial que se dio a nivel global, no se experimentó de igual forma allí. De hecho, se dio un crecimiento negativo de alrededor de -80% respecto de inicios de marzo. Sin embargo, desde mayo el país permitió nuevamente estas actividades y el crecimiento saltó a 179% durante la cuarta semana de ese mes, llegando a niveles similares que algunos de sus pares”, explica.