La BBC recurrió a la web de preguntas y respuestas Quora para descubrir los peores regalos jamás recibidos de un jefe. Y estas son algunas de las respuestas que obtuvo:

Simplemente, barato

El peor escenario es, quizás, cuando el jefe aparece con lo que parece un regalo monetario, pero resulta ser algo totalmente distinto.

Imagina la ilusión de Jay Bazzinoti una navidad cuando recibió un sobre cerrado del departamento de Recursos Humanos con las palabra “Bono de incentivo de la empresa” y “Apreciamos tu trabajo duro”.

El sobre, para horror de Bazzinoti, estaba lleno de cupones. “Para hacerlo todavía peor, como la empresa tenía también una sede en la costa este de Estados Unidos, el sobre se había preparado en California y estaba lleno de cupones que no se podían utilizar en Boston”, explica.

“Me molesté bastante. Lo tiré directamente a la basura, y me reí de mis expectativas inocentes de que la empresa iba a hacer algo humano e inesperado para beneficiar a sus empleados”, dice Bazzinoti.

Descuento para hijos inexistentes

Andy Warwick, encargado de preparar los cursos de inglés de su empresa, no lo podía creer cuando recibió su regalo de navidad: un descuento del 20% en los cursos de inglés de la empresa para sus hijos.

“No tengo hijos”, escribió Warwick. “Quizás era una buena oferta para los trabajadores chinos, pero no para mí”. Los trabajadores del servicio postal de Reino Unido se enfadaron también con sus regalos.

Regalo para turistas

En Singapur, Marissa Louise recibió una vez como regalo una tarjeta de transporte cargada con tres dólares diseñada por la hija de siete años del jefe. “Somos todos ciudadanos de Singapur, tenemos un pase de transporte de largo plazo. No somos turistas”, se queja.

Pavo de papel

Steve Johnson, un contratista federal en una base militar, recibió un pavo durante 15 años, una tradición que sobrevivió a tres compañías distintas. “Luego le dieron el contrato a la empresa menos generosa del planeta”, escribe Johnson.

“En la Navidad de ese año le dieron a los empleados una fotocopia de una silueta de un pavo. Ni siquiera era una copia de un pavo de verdad”, explica.

“Parecía el pavo que puede dibujar tu hijo en la guardería, pero ni siquiera era en color. Muchos aparecieron pegados en las puertas de la sede en los días posteriores”, añade. “El año siguiente no nos dieron ni la copia del pavo”, finaliza.

Fuente: BBC

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