“Gestionar una transición suave hacia una normalización monetaria requerirá una clara y bien comunicada estrategia por parte de la Reserva Federal (Fed) para minimizar la volatilidad en los tipos de interés”, dijo Jose Viñals, director del Departamento de Asuntos Monetarios del FMI.

El Fondo, en su reporte, indicó que la esperada salida del programa de compra de bonos de 85 mil millones de dólares mensuales por parte de la Fed antes de final de año, es una “buena señal” de la recuperación económica de Estados Unidos.

Dada la importancia sistémica de la economía de EE.UU. el FMI advirtió de los efectos de la retirada del estímulo en los mercados emergentes, que han registrado una enorme entrada de flujos de capital desde el estallido de la crisis a finales de 2008.

Ante la presión sobre sus monedas y la salida de esos flujos en anticipación a la retirada del estímulo en EE.UU., el organismo internacional dirigido por Christine Lagarde recomendó a los emergentes dejar fluctuar sus divisas.

Por otro lado, el Fondo insistió de nuevo en sus llamamientos a resolver la fragmentación financiera en la eurozona, que provoca que los países de la periferia enfrenten mayores tipos de interés, y que considera uno de los principales obstáculos al crecimiento y el flujo del crédito en un momento de frágil recuperación en Europa.

Además, esta situación contribuye a aumentar la presión sobre las altamente endeudadas empresas del sur de Europa (Italia, España y Portugal) y supone una amenaza para los bancos de estas regiones expuestos a estas deudas, agregó el FMI.

Según los cálculos del FMI, las altas provisiones hacen que los bancos españoles se encuentren preparados para afrontar estas posibles pérdidas, mientras que en el caso de los de Italia o Portugal su posición sea menos robusta.

Fuente: EFE