Los créditos ofrecen muchos beneficios porque ayudan a adquirir ese vehículo que tanto deseas, cumplir el sueño de la casa propia o utilizar el dinero para cubrir algún gasto inesperado que se ha presentado.

Dado de que este dinero es un préstamo otorgado por una entidad financiera, tendrás que devolverlo y eso figura en el contrato que te brindan al momento de aceptarlo. Asimismo, cuando eso ocurre en este establecimiento te consultarán sobre el tipo de tasa: fija o variable.

¿Qué es una tasa fija?

Significa que la tasa de interés del crédito no cambiará durante el plazo del préstamo, siempre que se realicen los pagos en el tiempo estipulado y no se modifique las condiciones de este.

¿Qué es una tasa variable?

En este caso las cifras de pago de su préstamo podrán cambiar en base a las fluctuaciones del mercado, lo que significa que pueden subir o bajar.

¿Cuándo optar por una tasa fija?

Al adquirir créditos hipotecarios porque es un préstamo de largo plaza y si opta por una variable hay altas probabilidades de que con el tiempo suban las tasas.

En ese sentido, la tasa fija, aunque más alta, no supone riesgos asociados a las fluctuaciones de la economía: si las tasas de interés suben, el contratante estará protegido. Sin embargo, si las tasas de interés bajan, no se podrá beneficiar de estas mejores condiciones”, apunta Marcela Pinzón, Head Middle Office de Experian Perú.

¿Cuándo optar por una tasa variable?

En el caso de las personas o empresas que no cuentan con ingresos fijos, pero asegurándose de que las condiciones se ajusten a sus ingresos.

Finalmente, tomemos en cuenta que en la actualidad también ha surgido un tercer tipo de tasa: la tasa mixta, la cual se basa en una mezcla entre la fija y la variable. Gracias a ella, los clientes pueden negociar una parte del período a tasa fija y otro a tasa variable. Vale la pena destacar que este tipo de tasa es de más alto riesgo que la fija y por eso, es posible, que su valor sea inferior.