La conciliación de la vida laboral y familiar pasa, sin duda, por un cambio de paradigma en cuanto al uso del tiempo y la gestión de los horarios. Una nueva política, que empieza en las empresas, y que trata de alinear los objetivos vitales de la persona con su rol profesional, vinculándolo emocionalmente a la organización y a sus objetivos.

Las organizaciones tienen que descartar las horas de presencia de los trabajadores en sus puestos de trabajo como criterio para valorar el compromiso de la persona con la empresa.

La dirección por objetivos y valores, que estimule al profesional a crecer, con una jornada laboral flexible adaptable a sus necesidades personales, parece ser el camino adecuado para lograr la conciliación de la vida laboral y familiar en un marco de productividad empresarial.

Se trata de dejar de lado el control presencial y basar los resultados en objetivos, responsabilizando a la persona y utilizando las nuevas tecnologías para permitir el teletrabajo, en el caso de que sea factible.

Con la implantación de políticas de conciliación de la vida laboral y familiar se consigue un mayor compromiso en el desempeño profesional, además de una reducción demostrable de los costos relacionados con la rotación y las bajas laborales.

Sin duda, una empresa que lanza políticas de este tipo demuestra una clara orientación a las personas. Para los trabajadores, comporta una mayor motivación al trabajar en un entorno más agradable, cómodo y comprometido. Son profesionales más satisfechos, menos estresados y más integrados en la vida social y comunitaria.

Fuente: Plusempresarial.com