Por ello, te ayudamos a prepararte para afrontar de la mejor manera posible este proceso:

Despedir a un trabajador nunca es sencillo. Ya sea que es una persona que no se amolda al tipo de trabajo que pedimos, o un empleado que no parece esforzarse lo suficiente por el bien de la empresa, la realidad es que hemos tomado una decisión racional y no nos sentimos cómodos con seguir teniendo a esta persona como parte de nuestra Pyme.

El despido debe ser tu último recurso, la solución a la que te enfrentas como medida definitoria luego de haber intentando mejorar las cosas por otras vías: platicando con el empleado, explicándole que es lo que no está funcionando, motivándolo a sentirse parte de la empresa, etc. Si a pesar de ello, él no parece mejorar su desempeño, entonces es momento de dejarlo ir.

Toma en cuenta que el despido debe ser realizado con mucho respeto hacia el trabajador, por lo que es mejor avisar con tiempo de anticipación, nunca de un día para otro. Dale también tiempo a la persona despedida para responderte, presentarte sus razones e, incluso, sus reclamos y quejas. Por más que se trata de un despido completamente razonable y justificado, debes permitir a la otra parte que te presente su postura.

Por último, no olvides que debes tener cuidado desde el comienzo al no involucrarte demasiado sentimentalmente con tus empleados. Hoy en día hablamos constantemente de una nueva cultura dentro de las empresas, mucho más cercana y comunicativa. Pero ello no significa que debas apegarte a tus empleados, pues con eso solo lograrás protegerlos demasiado a causa de los lazos sentimentales que los unen.

Fuente: Plusempresarial.com