Andrew Carnegie pasó de ser un inmigrante casi sin dinero a convertirse en uno de los hombres más ricos el mundo. Compartimos las 5 claves que lo llevaron a conseguir su objetivo de convertirse en un exitoso emprendedor.

En sus últimos años, Andrew Carnegie intentó transmitir sus conocimientos y visión sobre la vida, hablando frecuentemente en público sobre los temas sociales relevantes de la época. En una universidad en Pittsburg y ante un grupo de jóvenes, Carnegie expuso cuál era la fórmula que lo había llevado al éxito empresarial. A continuación, te compartimos lo más destacado de aquel discurso:

1. Llama la atención de tus jefes

En lugar de preguntarte qué debes hacer por la empresa, es momento de que te preguntes qué PUEDES hacer por la empresa en la que trabajas. Si estás determinado a triunfar, debes hacer algo más que hacer bien tus tareas: debes llamar la atención de tus jefes.

Por ejemplo, si descubres un error o una posibilidad de mejora en un área diferente a la tuya, no te quedes callado solo porque no forma parte de tu trabajo: aprovecha la oportunidad. Demuestra que eres más que un empleado conformista con su puesto, y enséñale a tus jefes que realmente te preocupas por la empresa. Ese es el tipo de determinación que te llevará a la cima.

2. Rompe las reglas si se trata de lograr algo mejor

Las reglas están hechas para romperlas. Pero siempre tomando en cuenta que las rompas en busca de conseguir una mejora saludable. No te estamos diciendo que debas arriesgar tu libertad y atentar contra leyes o normas, pero sí podrías saltarte algunas “reglas” si es para el bien de la empresa.

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3. Dale instrucciones a tu jefe cuanto antes

Cuando la empresa esté en un profundo error, no pierdas la oportunidad de exponer al genio que llevas dentro y demostrarle lo equivocadas que están las cosas. Expón tus ideas. Demuestra que estas en lo correcto. Dile como hacer bien las cosas y logra resultados. No hay nada que le cause mejor impresión si es el tipo de jefe adecuado; de lo contrario, no es la persona con la que te conviene seguir trabajando.

4. Actitud, determinación y cerebro

Algunas personas se quejan de que sus fracasos son el resultado de circunstancias extraordinarias o que nunca han tenido una buena oportunidad. No hay persona en este mundo que no haya tenido una buena oportunidad, inclusive una gran oportunidad. Si alguna vez has sido empleado, has estado en la mente de tu superior desde el día uno, y después de un tiempo, por méritos propios, posiblemente en la mente el dueño del negocio. No hay razón para no llegar a la cima.

5. Gasta menos de lo que ganas

Hay un indicador inequívoco de aquel que será dueño de su destino y futuro millonario: sus ingresos siempre excederán a sus gastos. Comienza a ahorrar a temprana edad. No importa si ganas poco, de cualquier forma ahorra lo que puedas.

No es capital lo que los inversionistas buscan, sino a la persona que demuestre que ha desarrollado los hábitos empresariales para crear capital y la disciplina para alinear sus hábitos con sus intenciones. Toma nota de esta regla de oro: tus gastos deberán ser siempre menores a sus ingresos. Ahorra, espera tu oportunidad y aprovéchala.

Fuente Plusempresarial.com