Adulto con alma de joven eterno, muy fiestero, amiguero con todo el que pueda hablar y gustoso de conocer siempre a más personas. Respetuoso, coqueto y cariñoso con todas las mujeres que encuentra en su camino. Bebedor, fumador, deportista y peleador. Muy afectivo con familiares y gente que él aprecia.

Mi padre es una de esas personas que siempre tienen algo que decir y jamás se puede quedar callado. Es terco como ninguno, muy orgulloso de sí mismo y camina con la frente muy en alto. A pesar que le gusta la diversión de un adolescente, se pone firme cuando la situación lo amerita.

Charapa de tez blanca. No es muy alto ni chato. Es de brazos fuertes y “panza chelera”. Cabello siempre corto, mirada penetrante y en la oreja izquierda luce un arete de oro. Tiene un león tatuado en el brazo derecho que representa su signo del zodiaco.

David Alván no tiene profesión, ha tenido diferentes trabajos. Aunque no terminó de estudiar la universidad, tiene conocimientos sobre todo tipo de cosas y lugares. La vida loca lo llevó a conocer muchos países pero ahora vive en medio de la selva.

Por: Giancarlo Alván