María Carmela Vásquez tiene 49 años y es la mujer más maravillosa del mundo, no solo por ser mi madre, sino que también por ser mi amiga incondicional. Ella es de contextura normal, mide 1.65, tez canela y tiene el cabello castaño. El color de sus ojos es marrón claro, tiene la nariz pequeña, labios delgados y su sonrisa es grande que al verla provoca una alegría instantánea.

Mi mami es alegre, divertida y muy dinámica tanto así que le gusta bailar, cantar y hacer chistes. Algo que heredé de ella es que es hiperactiva y sociable. Es una gran amiga ya que siempre compartimos muchos momentos lindos e inolvidables. Gracias a eso podré enseñarles a mis hijos lo que significa el amor puro y sincero.

Lo que más puedo resaltar es la nobleza que tiene, la forma de respetar a los demás y sobre todo lo amorosa que es con todos. Pero no todo es color de rosa: la otra cara de la moneda me enseña el lado renegón e impaciente cuando hago cosas que la sacan de sus casillas.

El gran ejemplo que tengo de mi mamá es que lucha por lo que quiere, así se le presente obstáculos. Siempre me enseña que uno nunca debe darse por vencido y ser perseverante para lograr las metas que uno se propone. El espíritu luchador de mi madre me ha demostrado que uno puede ser padre y madre hasta en la ausencia de uno de los dos.

Por: Stefany Sánchez