El analista político y sociólogo Nelson Manrique desmenuzó el segundo año de gestión de Ollanta Humala y analizó el panorama político tras los vaivenes ocurridos en el Congreso de la República y a poco del mensaje presidencial.

¿Cómo resumiría el segundo año de gestión de Ollanta Humala?

Llega con un nivel significativo de desgaste. Es preocupante que haya caído cerca de veinte puntos en los últimos tres meses, que haya un gran descontento que se esté expresando en las calles y que por otro lado, haya seguido una política de aislarse crecientemente de los distintos sectores sociales.

¿Y su aliado Perú Posible?

A la larga termina con un aliado parlamentario que acaba de perder cinco congresistas, que está profundamente golpeado por los destapes que ha habido en torno a las compras de propiedades y por lo tanto creo que va a tener que hacer un esfuerzo muy grande para ampliar su espectro de alianzas.

¿Cómo se busca alianzas con un espectro político bastante inestable. Toledo y García afrontan una investigación y Keiko Fujimori arrastra la negación del indulto?

Estamos en un momento de recomposición general del espectro, acaban de renunciar cinco parlamentarios a Perú Posible, acaba de irse Humberto Lay del partido de PPK. Hay todo un proceso de reacomodo de fuerzas. Ahí creo que es posible concertar con movimientos independientes, con movimientos regionales.

¿Cree que el gobierno mejorará políticamente?

Eso depende del gobierno. No si va a continuar en la lógica en la que se ha movido en este periodo porque creo que es evidente que cuando los nacionalistas ayudaron a crear el impasse que culminó en la repartija, con el capricho que tenían que tener tres de dos miembros del Tribunal Constitucional, con esa política no han contribuido a destrabar la situación, al contrario han contribuido a minar a las instituciones.

¿Qué se puede esperar del mensaje presidencial este 28 de julio?

La impresión que tengo es que va a hablar de incremento de gasto social, pero no parece que esté dispuesto a hacer mayores cambios. Creo que fue un test de cuál es la voluntad de cambio del presidente, la manera de cómo terminó reculando después de plantear que se iban a comprar 300 grifos.

¿Qué promesas no cumplió Humala en este segundo año de gestión?

Creo que lo básico es el abandono de las promesas al mundo del trabajo, entre ellas está la consulta popular, que fue una promesa, empezó a implementarse y luego se ha buscado recortar por todos los medios. Acabar con los services es una cuestión pendiente. Es importante cumplir también la reforma tributaria. Seguimos en la lógica en que los que menos ganan, son lo que más impuestos pagan.

Finalmente con cuánto calificaría el segundo año de gestión de Ollanta Humala.

Con diez.

NADINE HEREDIA

Se sabe de una marcada desconfianza del presidente y que sólo seguiría los consejos de la primera dama Nadine Heredia. ¿Cómo le afecta esto?

Creo que lo afecta profundamente, hay que tener presente que Ollanta Humala es nuevo en la política. Apenas se incorporó a la política en noviembre de 2005, a meses de la campaña presidencial. Él mismo declaró que era como aprender a montar bicicleta a mediodía en la avenida Abancay. Creo que la metáfora es muy buena.

Entonces…

En esas condiciones, lo más prudente es rodearse de un equipo de gente con conocimientos capaz de cubrir las insuficiencias que puede tener por su propia formación de líder. No ha seguido esa política. Creo que se ha movido durante mucho tiempo con la expectativa de la candidatura presidencial de Nadine Heredia.

¿Fue inteligente que Nadine Heredia haya aclarado su postulación a la presidencia?

Creo que ha sido inteligente renunciar a esa perspectiva, primero porque da mayor tranquilidad y estabilidad, pero por otro lado, porque el desgaste que va experimentando el gobierno, iba a ser de todas maneras inviable esa candidatura. Pero en ese camino, no hay una capacidad de delegación, no hay una capacidad de transferir responsabilidades. Y esto desgasta su propia imagen y su liderazgo.

¿Qué papel tendría que cumplir Heredia en este tercer año de gobierno?

Definitivamente no aparecer como quien manda a los ministros. La imagen de la primera dama reprendiendo a un ministro es profundamente negativa. Y creo que eso explica un resultado interesante de la encuesta de Ipsos, que hay dos terceras partes del país que aprueban que haya dicho que no vaya a ser candidata pero aún así ha caído de 50 a 38 por ciento.

Por: Oscar Guerrero (@oscwarrior)