La contaminación ambiental está llegando a tales extremos en el mundo y en el Perú, que nosotros mismos, al parecer, estamos empeñados en destruir el ambiente donde vivimos, en una actitud suicida.

Pero, así como hay ‘suicidas’, hay ‘salvavidas’ que juegan un papel fundamental en la protección del ambiente. Después de todo, uno de los grandes retos en muchas sociedades sigue siendo la formación de ciudadanos más conscientes y responsables.

¿Estás dispuesto a participar en la vida cívica de las comunidades y llevar a cabo acciones para proteger el ambiente? ¿Aceptarías o darías un paso al costado? Sabías que, mientras tú estas sentado leyendo la nota, en otros países se están tomando medidas muy serias para prevenir y controlar la contaminación, en el nuestro sólo existen acciones aisladas.

A este tipo de situación negativa contra el medio ambiente, según indicó Kjeld Nielsen a Peru.com, la organización WWF Perú, plantea una serie de oportunidades, viendo los privilegios naturales y aterrizando la estrategia global en resultados nacionales y locales a través del Programa amazónico, el Programa marino y el Programa climático.

¿Cambio Climático? Sí, el problema más controversial y político en tema ambiental en el Perú y el mundo, señaló Nielsen, quien puntualizó que es “superarlos el mayor reto para la humanidad, ya que Perú sigue siendo uno de los países más vulnerables”.

Asimismo, la contaminación por evacuación de aguas servidas al mar, los ríos o lagunas es grave; nuestro río Rímac está altamente contaminado con plomo y cada año se degrada más.

También la pésima disposición de residuos sólidos que son arrojados en cualquier lugar y la contaminación creciente del aire en nuestras principales ciudades debido a malas prácticas industriales y al uso de combustibles contaminantes por nuestro servicio de transporte público.

La minería informal es la más contaminante, al igual que la tala indiscriminada de nuestros bosques, que en los últimos 500 años ha generado la pérdida de 15 millones de hectáreas de ellos. En la Amazonía, sólo en el siglo XX, la cifra llega a 10 millones de hectáreas. Cada año se talan 150 mil hectáreas de bosques amazónicos.

No obstante, el camino por recorrer es largo. A las iniciativas locales se deben sumar programas de carácter regional, nacional y global que promuevan estilos de vida compatibles con la sustentabilidad y que, al mismo tiempo, ofrezcan alternativas para resolver las problemáticas ambientales actuales.

El manejo integral de residuos sólidos, el uso eficiente del agua, el ahorro de energía y la conservación de áreas verdes, son una de las soluciones que podemos aportar. No obstante, los desafíos del mundo actual no terminan allí. También es preciso fortalecer la cultura ambiental en las nuevas generaciones.

Finalmente, la Hora del Planeta es un gesto simbólico y a su vez el mayor movimiento ambiental en la historia, que consiste en apagar las luces durante una hora, para demostrar así que cada uno de nosotros podemos tener un impacto positivo en la lucha frente al cambio climático.

Por Elizanyela Bellido (@aleyna_bell)