La ceremonia, que concitó la presencia de unas 4 mil personas, se llevó a cabo tras un rito de sacerdotes o pacos andinos, quienes con hojas de coca se encomendaron a la divinidad a nunca cesar de dar sus frutos a sus hijos.
Lucho Castro García, gestor cultural de Cusco, dijo a la Agencia Andina que la ofrenda se efectuó con “profundo agradecimiento” por todas las bondades que ofrece a la población la pachamama durante el primer día de este mes.
“Le decimos gracias madre tierra, por todo lo que hemos sido, somos y seremos, por todo lo que hemos tenido, tenemos y tendremos”, expresó.
Los visitantes aprovecharon la ocasión para brindar frutas, hortalizas, platos de comida, panes, hojas de coca y golosinas y chicha de jora a la pachamama. La entrega se efectuó de manea sigilosa y con los pies descalzos, ritual que fue observado por el reconocido sacerdote andino Carlos Candia.
Según el gestor cultural, la actividad también se desarrolla en los espacios andinos de Sudamérica como Bolivia, Colombia, el norte de Chile, Argentina y en países como México, Australia e Irlanda, lugares donde hay culturas vinculadas a la naturaleza y viven en perfecta armonía con ella.