El escritor peruano decidió recordar a los amigos del pasado en su nueva columna Demencia, donde también rememora a un viejo amor de su juventud que dicidió sacarlo de su vida para siempre.

“Una señora de apellido Sanjinés, Sarita Sanjinés, que antes se encamaba conmigo sin otro requerimiento que el de una botella fría de champaña, ahora se niega a contestar mis correos y hablarme por teléfono y dice que todo el tiempo que pasó a mi lado fue un desperdicio y que sus alaridos y efusiones cuando le prodigaba mi amor eran una impostación histriónica”, citó el ‘tío terrible’.

Finalmente, Jaime Bayly abrió su corazón para lamentarse por estar tan solo. “¿Tendrá algún mérito encontrarme así de solo y que no suene nunca el teléfono?, ¿Por qué he perdido tantas amistades que se han vuelto animosidades?”, se preguntó el hombre de prensa.