Cuando las palabras y el mal se unen en la misma oración, Resident Evil o Diablo es lo que pasa por tu mente. Pero existen otras opciones que te presentan como los diabólicos juegos gratuitos.

5. Littlest Pet Shop – Gameloft

A primeras, Littlest Pet Shop parece un inocente simulador de mascotas para niños. Pero por debajo de la cubierta de crema con chispas de chocolate hay millones de manos retorciéndose por tu dinero. También “BLING” es como se le conoce. Con un enfoque a los niños que no saben más que presionar todo lo que ven, el modelo de Littlest Pet Shop es peligroso y nefasto.

4. Angry Birds GO – Rovio Entertainment

Con más versiones de Angry Birds que clases de aves en peligro de extinción, en Rovio deberían estar más que satisfechos por la franquicia. Pero entonces llega Angry Birds GO, un clon de Mario Kart lleno de oscuras micro transacciones que incluyen coches caros. Y aún tienen el coraje de bloquear opciones a menos de que te aguantes o escupas aún más dinero.

3. Clash of Clans – Supercell

La diferencia entre Clash of Clans y otros juegos libres para jugar es que aquí te someten a enormes restricciones. Mientras que otros intentan mantenerte adicto para que pagues por gafas virtuales o pelucas, Clash of Clans te lanza paredes inmensas que tienes que romper para lograr progresar. Y por romper queremos decir darles dinero y mucho si es posible.

2. Candy Crush Saga – King

Si Bejeweled, Willy Wonka y un codicioso empresario tuvieran un bebé, este sería Candy Crush Saga. No dejes que los felices colores te engañen, Candy Crush Saga es tan maligno y manipulativo como Darth Sidious en Star Wars. Forzando a los jugadores a soltar dinero por poderes y más turnos. Tan si quiera ayuda que el juego se volviera viral con Facebook en el 2013, lo que significa más gente que nunca cayendo víctima en esta artimaña.

1. FarmVille – Zynga

Probablemente el juego más libre para jugar más notorio en el mercado, FarmVille es el origen del mal en los juegos gratuitos. Convertir a las personas en adictos para luego arrancarles dinero es una cosa. Pero persuadirlos a invitar a sus amigos en Facebook para recibir mínimas recompensas es nivel Dios. Hazlos adictos y hazlos gastar, y gastar, y gastar. Ese es el camino del mal de los juegos free-to-play.

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