Hasta su nombre es bonito: Hierve el Agua. Son dos cascadas petrificadas (formadas por carbonato de calcio) situadas en San Isidro Roaguía, una población situada a unos 50 kilómetros de Oaxaca, México.

Se formaron hace miles de años, por el escurrimiento de agua con alto contenido de minerales.

El área del manantial que le dio origen se aprovechó para crear una gran alberca, hoy piscina natural con la agua a una temperatura de unos 24 grados.

Fuente: ABC