El Puente de Carlos es uno de los lugares turísticos más importantes de la ciudad de Praga, en República Checa. Con 10 metros de ancho y unos 500 metros de largo, antiguamente estuvo destinado para el paso de los carruajes. Hoy, es transitado por miles de viajeros.

Fue construido por el mandato del rey Carlos IV, en el siglo XIV. Es también un puente conocido por su aire romántico, ideal para las parejas de turistas que quieran visitar sitios en honor a su amor. Los edificios antiguos, las lámparas y la iluminación le dan ese toque cálido y romántico que todos anhelan.

Tradición

En el puente está ubicada la estatua de San Juan Nepomuceno, quien fue arrojado al agua en 1393 por orden de Wenceslao IV, y que luego fue santificado en el siglo XVIII.

Se dice que aquel que toque su mano izquierda en representación a su martirio (en la base de la estatua) y pida un deseo, se le será concedido.

Más son las parejas que acuden aquí las que suelen pedir deseos, tal vez anhelando que su amor dure “para siempre”.

Fuente: traveler.es