Para llegar a la Cueva Azul, hay que esperar que el nivel de marea esté bajo para poder atravesar la entrada en un bote. Se trata de una de las experiencias más excitantes y un lugar obligado en tu visita a Grecia.

La Cueva Azul se ubica exactamente en la isla de Castellorizo. Agachamos la cabeza para entrar y, una vez en la cueva, el efecto de la luz con el agua azul es deslumbrante. Dicho efecto se multiplica con el reflejo en el techo de la cavidad de unos 50 metros de largo y 25 de altura.

Esta cueva solo es accesible embarcando, y es recomendable hacerlo por la mañana, cando el sol brilla y la luz es más intensa en el interior.

Es considerada la cueva azul más grande y hermosa del planeta, aunque curiosamente no es la más famosa, pues ese título se lo lleva la Grotta Azzurra, en la Isla italiana de Capri.