La isla principal, apenas tiene una extensión de 130 kilómetros de largo por 35 kilómetros de norte a sur y posee un clima tropical desértico: las condiciones geográficas de sequía y calor, sumadas a la situación de aislamiento generaron un ambiente y biodiversidad única en el planeta, con especies endémicos que conforman un pequeño mundo perdido.

Es sin duda, uno de los ejemplares más representativos de la isla, es un extraño árbol en forma de sombrilla conocido como el árbol de sangre de dragón, por su llamativa sabia de color rojo. Muchos de éstos ejemplares están diseminados por casi toda la isla.

La isla, fue recientemente reconocida como patrimonio natural por la UNESCO, sumando esfuerzos con la Unión Europea y la Organización Internacional de Protección del Medio Ambiente para la conservación.