En Ámsterdam, capital de Países Bajos, el aeropuerto de Schiphol utiliza a un pequeño perro llamado Sherlock, de raza beagle, para encontrar objetos perdidos de dueños olvidadizos.

El perro detecta el olor del asiento y del objeto que le dan y rastrea al pasajero incluso antes de que salga del aeropuerto; y más aún, antes de que se dé cuenta que perdió el objeto.

Usualmente las personas olvidan auriculares, celulares, billeteras, pañuelos, tablets, bolsos pequeños o algún otro objeto o cosa pequeña en algún lugar del aeropuerto.

Los beagles son una raza de perros de tamaño pequeño-mediano, con mucha energía, ágiles y dóciles. Al inicio fueron tratados como perros de caza por su distintiva capacidad olfativa muy superior a otras razas. Los trabajadores del aeropuerto aseguran que Sherlock cumple su trabajo de manera impecable ante las miradas atónitas de los pasajeros.