Las pinturas rupestres de esta área fueron visitadas en 1996 por la arqueóloga Ruth Shady, su colega Arturo Ruiz Estrada y el lingüista Alfredo Torero, en compañía de especialistas del lugar, donde descubrieron la confluencia de arte rupestre de dos periodos distintos, distinguibles a partir del grado de deterioro de unos en comparación con los otros y por los motivos observados.

Las imágenes rupestres descubiertas en esta primera expedición se hallaron al margen izquierdo del río Marañón, aunque actualmente se sabe que no son los únicos de la zona. En los restos más antiguos, que estaban en proceso de desaparición, se podían apreciar las imágenes rudimentarias de diferentes animales, como es el caso de loros.

Se puede observar que estas pinturas prima el uso de colores como el amarillo, el blanco, rojo oscuro y un rojo similar al color de los ladrillos. Como en el escenario en el que se encuentran estas pinturas han pasado distintas culturas, es significativo observar que en algunos casos se encuentran imágenes superpuestas a otras en las que aún se puede distinguir a los diferentes hombres y épocas en que fueron hechas.

Es importante reconocer la presencia de pinturas de periodos más próximos, como las hechas por los hombres Chachapoyas que estuvieran por la zona entre los años 1100 y 1300 d.C., aunque son de mayor atractivo aquellas de datación más prolongada.

Entre aquel legado pictórico podemos encontrar escenas de motivos de caza. Es importante notar en esta cómo los cazadores que se observan ya llevan sobre ellos los vestidos elaborados con las pieles de los animales que cazaban. También observamos sus diferentes formas de cazar ya sea individual o colectivamente y el tipo de armas o instrumentos de los que se valieron.

Junto con manifestaciones de caza, también hay algunas que parecen evidenciar que los hombres antiguos realizaron algún tipo de danza. También se encuentran motivos enigmáticos que tienen la curiosa forma de tableros de ajedrez pintados de rojo, amarillo y naranja que aún no tienen explicación.

Para llegar a esta zona el viajero deberá partir desde Bagua hasta Chiñuña en auto durante un promedio de cuatro horas para después seguir una hora de caminata desde Chiñuña hasta el lugar de estas pinturas rupestres.

Fuente: Turismoi.pe