Este conjunto de ataúdes pertenecen a la tradición funeraria de los Chachapoyas y miden hasta 2,50 m de alto y presentan formas antropomorfas.

Los sarcófagos fueron encontrados en 1985 por el arqueólogo peruano Federico Kauffmann Doig, en el barranco de Karajía en el distrito de Luya, gracias a referencias proporcionadas por Carlos Torres Mas.

“La momificación se hizo para personas y familias importantes, la mayoría de entierros eran básicamente los huesos, eso iba con el culto a los muertos, pensar que la vida continuaba. Llevaban el barro, llevaban el carrizo y lo único que llevaban listo era la cabeza momificada y la máscara ya elaborada”, según indica el guía oficial de turismo en Amazonas, Manuel Abanto

Los sarcófagos están conformados por grandes cápsulas hechas de arcilla mezclada con palos y piedras. Solo la cabeza y parte del pecho son compactos. Tanto cuerpo como cabeza están decorados con pintura roja de dos tonos, aplicada sobre una base blanca.

Por: Patricia Livia (@patlivia)