Son en realidad criptas, pero tomaron el nombre de catacumbas por su similitud con las del estilo romano. Dichas criptas, ubicadas debajo del Convento de San Francisco de Asís, nunca dejarán de cautivar a cientos de turistas nacionales y extranjeros en Lima.

Se tratan de una serie de bóvedas subterráneas debajo de las capillas del centro religioso, las cuales se emplearon hasta principios del siglo XIX, sirviendo de sepultura a miembros de hermandades.

En su extenso recorrido se aprecia techos abovedados o planos unidos por pasajes y arcos, construidos con ladrillo y cal, en el piso de ellos se encuentran sepulcros rectangulares donde los féretros eran colocados unos sobre otros, separados por tierra y cal viva, para acelerar el proceso de descomposición, evitar epidemias y malos olores.

Durante todo el recorrido de las catacumbas se repite mucho la vista de cráneos, fémures, tibias y peronés, por lo que constituyen las partes más resistentes del cuerpo humano.

Fuente: museocatacumbas.com