La mejor forma vivir estas aventuras es contratando un tour desde Lima, que se encargará de los traslados, equipamiento y que la experiencia sea completa. Estos tours suelen salir una o dos veces al mes. Existen diferentes paquetes de acuerdo a la actividad que quieras realizar.

Generalmente se concierta un punto de reunión en un lugar céntrico de Lima para luego dirigirse hacia “Lurín”.https://peru.com/noticias-de-lurin-1639?pid=5 y Santa Eulalia, hasta el Cañón Autisha, donde se realizan las prácticas de rapel, en un descenso de 170 metros.

Full adrenalina

Tras dos horas de trayecto entre Lima y Santa Eulalia, la primera parada es en el Puente Autisha, donde podremos realizar uno o dos saltos, según el número de participantes y el tiempo.

A diferencia del bungee jumping, en la que el participante salta con la cuerda anclada en los pies, aquí se utilizan arneses integrales que proporcionan sujeción en tres puntos: cintura, pecho y piernas) y que te permitirán subir en posición vertical (casi sentado) luego del salto.

Terminada esta extrema experiencia, el tour se dirige al cañón Autisha para practicar rapel. Antes de preparar el descenso al mismo cañón, se realiza una pequeña lección para conocer los equipos y técnicas de descenso.

Una vez listos, empezamos a bajar hacia el fondo del cañón. Uno de los atractivos de este lugar es la cascada Sheke, que alimenta una hermosa laguna en el interior del cañón, cuyas aguas turquesas invitan a darse un refrescante baño antes de emprender el regreso, a través de caminos escondidos de pasadizos y cuevas.

Fuente: Starperudestinos.com