Entre el 6 y el 9 de mayo de 1992, sendos enfrentamientos entre fuerzas especiales de la Policía Nacional e internos por terrorismo del penal Miguel Castro, en San Juan de Lurigancho, acabó con la terrible cifra de 45 presos muertos, supuestamente ejecutados extrajudicialmente por protestar contra el traslado de reclusas hacia el penal Santa Mónica, en el distrito costero de Chorrillos.

Estos hechos de sangre ocurrieron durante el segundo año de gobierno del expresidente Alberto Fujimori quien, después de lo acontecido, indicó que el accionar policial obedeció a la necesidad de “restablecer el principio de autoridad” en ese penal.

Registros fotográficos de aquel año muestran la dramática situación que se vivió al interior del centro penitenciario ubicado en la zona de Canto Grande.

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