A la gente le encanta rodearse de cosas hermosas. Se embellecen a sí mismos y al lugar donde viven. Ellos compran muebles hermosos y adiciones de buen gusto para calentar de alguna manera el espacio y hacerlo más atractivo, porque nadie quiere vivir en una habitación triste y descuidado. Sigue leyendo esta historia de YouTube.

Una casa acogedora hace que uno quede ansioso por volver, relajarse y pasar tiempo con sus seres queridos. Desde los viejos tiempos, la gente quiere hacer sus casas agradable a la vista. En las antiguas casas griegas y romanas, los pisos estaban dispuestos en mosaicos inteligentes, y las paredes estaban decoradas con pinturas coloridas.

En los hogares más ricos encontrarías cerámica y muebles hermosos. No había artículos de necesidad y ciertamente podría vivir sin ellos, pero los antepasados ​​querían tenerlos por alguna razón. Un deseo interior les ordenó rodearse de cosas agradables.

Hace mucho, mucho tiempo, en un pequeño pueblo polaco llamado Zalipie, alguien pintó una hermosa flor en el techo, para cubrir el humo feo que surgía de la chimenea. La pieza contemporánea ocupaba toda la habitación y las paredes interiores de muchas casas, ya que eran negras de hollín.

Inicialmente, las flores aparecen sólo en la cocina, luego comenzaron a aparecer en las cámaras, y finalmente algunos salieron de la cabaña. Los locales también adornaban pozos, cercas, dependencias, capillas, platos, perreras para perros y muros exteriores de edificios con bellas pinturas.

Esta hermosa costumbre nació a finales del siglo XIX.

Las viviendas estaban decoradas con papel de seda, recortes de papel y paja. Durante la Segunda Guerra Mundial, la costumbre comenzó a desaparecer. En 1948, para revivir la tradición, organizaron un concurso para la pintura más bella. Las mujeres de la región estaban interesadas en el desafío y empezaron a decorar cabañas de madera una vez más.

Esta costumbre se continúa hoy. Cada año el fin de semana después de Corpus Christi en Zalipie se celebra una competición para la casa más bellamente pintada. Las flores son, por supuesto, el motivo más popular. Aparte de las pinturas antiguas se puede disfrutar de estas nuevas marcas realizadas en los años anteriores. El pueblo es muy encantador y bien vale la pena la visita.

Actualmente en Zalipie se puede disfrutar de más de 20 casas fantásticamente decoradas. Pequeños elementos arquitectónicos, muebles y cerámica también están decoradas de manera interesante. ¡Los patrones florales multicolores se pueden ver casi por todas partes! Cuando vayas a Zalipie no te olvides de llevar una cámara. ¿Te gustó? Publícalo en el muro de tus patas.

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