Valentino era un gatito al que nadie quería tocar por varios motivos. Cuando fue llevado al refugio de animales de Baldwin Park (Estados Unidos), su pelo estaba endurecido y lleno de suciedad, sus ojos estaban muy embarrados e hinchados, por lo que no podía ver. Además, padecía de sarna sarcóptica, muy contagiosa para gatos y humanos.

Sin embargo, cuando Elaine Seamans pasó por su jaula, hizo algo muy conmovedor, sin importarle su condición.

“Él estiró su patita e hizo un pequeño maullido. Era como si estuviera llorando sin verbalizarlo: ‘Ayúdame…’. Hay ocasiones cuando seguir caminando no es una opción. Tienes que parar. Esta fue una de esas veces”, dijo Seamans a The Dodo.

La mujer abrazó al gatito y ni siquiera llevaba puesto los guantes.

“Cuando lo levanté, puso su pequeña cabeza encima de mi hombro. Así fue. Tenía que sacarlo de allí”, relató la mujer, quien contactó a Toby Wisneski de Leave No Paws Behind, que llevó el gatito al veterinario, en donde recibe toda la atención medica que necesita. Esperan que se recupere y pronto estará preparado para la adopción.