Un día Thomas Moore estaba viendo un video de con su madre cuando de pronto vio cómo jugaba una niña, víctima del cáncer quien estaba sin pelo. El niño se quedó conmovido por ver a la dulce pequeña que quiso hacer algo por ella. Se dejó crecer el por dos años para poder cortárselo y donarlo.

Su tía, Amber, decidió seguir todo el proceso del infante hasta culminar el proyecto. La hermana de la madre de Thomas Moore decidió colgar todo lo que ocurría en , destacando cada día cómo crecía el pelo del jovencito que se entusiasmaba con la idea de poder ayudar a todos los niños que han perdido su cabello a causa de la quimioterapia.

Al final de los 2 años que abarcó todo, se ve cómo Thomas Moore decide quitarse parte del cabello y levantarlo como símbolo de cumplir el reto. Todo ese pelo pudo ayudar a pequeños con cáncer, ya que con el largo de su cabellera se pudieron hacer más de dos pelucas. Sin duda el valor de la solidaridad está muy bien inculcado en el infante.

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