Si hace unas semanas, el hallazgo en Mongolia de la momia de un moje budista con más de 200 años de antigüedad y muy bien preservado, conmocionaba al mundo; lo que viene llamando la atención en Hungría te sorprenderá aún más. ¿Te imaginas tener una estatua de Buda durante años en tu sala, sin saber que adentro se encuentra el cadáver de alguien? Algo así es lo que se puede ver ahora en el Museo de Historia Natural en Budapest. Hasta el mes de mayo se viene exponiendo una estatua china de Buda que en su interior conserva el cuerpo momificado de un monje budista. Su cadáver, estiman los investigadores, está encerrado en el interior de esta pieza desde los siglos XI o XII.

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Pero la gran noticia no es que se haya encontrado dentro de la estatua de bronce el esqueleto de un maestro budista – que respondería al nombre de Liuquan, y fuera miembro de la Escuela China de Meditación, según dictan los estudios, y quien se dice que vivió alrededor del año 1100 -, eso ya se sabía, pues la estatua y su contenido, fue parte de la exhibición Momias-vida más allá de la muerte, que albergó el año pasado el Museo Drents, en Assen, Holanda. Lo sorprendente es que al realizarle estudios a la estatua, se dieron con la sorpresa que la momia tenía los órganos internos retirados y reemplazados por trozos de papel escritos.

Los estudios fueron realizados en el Meander Medical Center, ubicado en la ciudad holandesa de Amersfoort, en el cual un grupo de científicos le practicó a la estatua una tomografía computarizada que permitió escanearla, para luego realizarle una serie de estudios con endoscopio. Los radiólogos Raynald Vermeijden y Ben Heggelman, fueron quienes detectaron la presencia de estos pequeños trozos de papel que fueron impresos con caracteres chinos antiguos. Bajo la supervisión de especialistas del Museo Nacional, también tomaron muestras de ciertos materiales encontrados en las cavidades toráxica y abdominal, que aún no han sido identificados.

Erik Bruijn, experto en arte y cultura budista fue quien lideró esta investigación, invitado especialmente por el Museo del Mundo de Rotterdam. La hipótesis de los científicos es que el monje Liuquan habría practicado la antigua tradición de automomificación, en la que los ascetas budistas seguían durante varios años un estricto y doloroso plan de ayuno, hasta llegar a una etapa final en la que meditaban en posición de loto hasta morir. Al cumplir ese rito, sus cuerpos eran conservados y eran venerados como “budas vivientes”. Esta práctica fue prohibida por China siglos más tarde.

El Meander Medical Center, detalló en su página web, que este descubrimiento es de gran importancia cultural, no solo porque es único en su tipo, sino porque además es hasta el momento la única momia budista china que está disponible en occidente para la investigación científica. En la actualidad, la pieza se encuentra en Budapest, en el Museo Nacional de Hungría de Historia Natural, donde será exhibida hasta mayo.