El hombre – hablo del género – siempre le ha tenido un cariño especial a su ‘amiguito’, lo cuida, lo engríe y lo mantiene sanito, porque así debe de ser. Hasta nombre le ponemos. Pero en Japón, exactamente en Kawasaki, al pene lo veneran, y muchas caen de rodillas ante él – con sumo respeto, claro está -. El Kanamara Matsuri, o Festival del Pene de Metal, es un evento que se celebra cada primavera, el primer domingo de abril.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Rasputín sería dueño del pene más grande del mundo

Aquí, los millares de personas que se reúnen, vienen a venerar al pene, el cual se puede ver por todos lados, representado en velas, monumentos, ilustraciones, dulces, vegetales esculpidos, en vivo y en directo, y sobre todo, siendo paseado en un mikoshi (especie de capilla portátil del sintoísmo).

Estas celebraciones tienen lugar alrededor de un templo local, el cual en el pasado era popular entre prostitutas que rezaban para pedir protección ante enfermedades de transmisión sexual. El templo también simboliza la protección divina para la prosperidad de los negocios y del clan, los alumbramientos, el matrimonio y la armonía en las parejas casadas.

Cuenta la leyenda popular ‘fálica’, de la existencia de un demonio con dientes afilados que se escondía en el interior de la vagina de una mujer joven. Durante las noches de boda de esta damisela, el demonio castró a dos hombres, por lo que un herrero diseñó un pene de metal para romper los dientes del demonio. Es por eso que con motivo de esta leyenda se venera ahora un pene de metal.

Así de extravagantes son algunas tradiciones que enriquecen las diversas culturas del planeta. En el caso de esta, también sirven para ayudar, pues los fondos recaudados en el festival, muy visitados por turistas de todo el mundo, son destinados para la investigación contra el sida.