“Hay una cámara entre el hombre y la mujer”, era el nombre de una de sus primeras series, y este título describe su obra de aquí en adelante, ya que lo que el lente de Nobuyoshi Araki muestra es un registro crudo de esa intimidad que abraza lo más salvaje del instinto sexual humano. Su personal lenguaje es reconocido por sus imágenes íntimas de mujeres a menudo atadas (el “kinbaku”, arte japonés de atar con cuerdas). Fotógrafo de fama mundial, ha trabajado con las extravagantes Björk y Lady Gaga.

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Araki, es un artista japonés contemporáneo, muchas veces satanizado por grupos feministas y acusado de misógino debido al contenido de muchas de sus fotografías, en las que retrata esa obsesión por las mujeres, y en las que busca, con cuerdas a modo de abrazo y el “clic” de la cámara al disparar como un beso, manifestar sin tapujos sus emociones. Puedes ver en esta galería su obra, pero con mucha cautela, recuerda que… es Araki.