Andi Galdi Vinko, es un fotógrafo húngaro armado con una maestría en Historia del arte, y acuartelado en Budapest, que junto a un grupo de amigos creativos llevó a cabo un proyecto personal que le venía dando vueltas y vueltas a la cabeza. “Por lo general solo trabajo con estilistas y maquilladores, se trata de proyectos por encargo y por lo general nuestras manos están atadas, así que no podemos volvernos locos. Aquí, no teníamos reglas a seguir, ningún cliente y ninguna exigencia.”, expresa el fotógrafo.

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En la serie de fotografías se muestran diversos elementos que le dan un acabado surrealista al trabajo de Galdi, desde cabellos brotando casi sin control de cuerpos desnudos, pegamento de colores hurgando por ahí y brillantina que puede llegar hasta cambiar el concepto de un objeto. “Gran parte de mi inspiración viene del conocimiento escondido. Algunas veces tengo la sensación de que sé más de lo que un artista tiene estrictamente necesario que saber. Esta serie es un buen ejemplo y es más íntima de lo que puede aparentar a primera vista.”, sentencia el artista.