Hablar de lo que representa el Luna Park como escenario de grandes momentos de la historia de la música en nuestro idioma, es para llenar tomos de enciclopedia. Todo artista nacido en tierras gauchas – o todo aquel que tiene el agrado de visitarlas – sabe que tener un ‘Luna Park’ en su curriculum es una maestría en la carrera. Desde Frank Sinatra, pasando por el ‘adiós’ de Sui Generis, la lista de grandes que pisaron el escenario – entre los que se incluye a ‘blanquirojos’ como el gran guitarrista nacional Lucho González – es sorprendente. Por eso que, al saber que un corazón que late ritmos peruanos, pisaba nuevamente este coloso, tenía que preguntarle ¿qué se siente?

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Leslie Patten, la reconocida multinstrumentista y compositora peruana que ha paseado su talento por distintos escenarios dentro y fuera del país, y que ha acompañado a músicos de gran trayectoria, estuvo hace unas semanas compartiendo escenario con el cantautor Kevin Johansen, nada más y nada menos que sobre el Luna Park, en donde Johansen presentaba por primera vez su clásico concierto anual Fin de Fiesta. Humilde como los grandes, Patten accedió a regalarnos sus impresiones y algunas imágenes de su experiencia con Kevin Johansen y The Nada.

ON: De arranque. ¿Cómo fue?

LP: Estaba justo por Buenos Aires esos días, y al ir a los ensayos de Kevin y su banda The Nada, y además de tomarle fotos, me puse a tocar simplemente por vacilarme; y surgió la idea que también toque en el concierto, como ha pasado ya en nuestra ciudad. Kevin me dijo: ‘toca en las canciones que quieras…’ Así que, así se dio, súper improvisado, pero con mucho corazón de músico.

ON: Y cuándo caíste en la cuenta de que ibas a tocar en el Luna Park ¿qué pasó por tu cabeza?

LP: Sé que para muchos es algo increíble, inigualable, hasta inalcanzable poder tocar en un escenario de tal magnitud, no solo por la cantidad de gente que entra, sino por todas las grandes bandas que pasaron por ahí. Era primera vez para Johansen, y para mí también. “Sinquererqueriendo” como decía El Chavo, ya no estaba de público espectador, sino del otro lado, en la tarima de la percusión.

ON: Ya arriba, ante esos millares de corazones. ¿Qué sentías acompañando a Kevin Johansen, un artista tan querido por muchos? ¿Qué emociones brotaban en ese momento?

LP: Fue hermoso, simplemente divino. Me gustan muchísimo las canciones de Kevin desde hace muchos años; frescas, con chispa, muy humanas, que le llegan a todos al corazón.

Pero te cuento que, como siempre, yo solo sentí lo que siempre siento al tocar: alegría, emoción, vida, espiritualidad, compenetrarme con los sonidos y el público, y el poder aportar un poquito de sazón a las canciones de quien está al frente.

ON: Y ahora que has vivido una gran experiencia ¿cómo influye en un músico ver la magnitud de un ‘Luna Park’?

LP: Fue una experiencia increíble, pero te digo que no me importa en qué lugar toque, ni para cuántas personas sea el concierto, nunca me importó. Lo que me importa es llegar a los corazones así como sacar sonrisas, que es un alimento tanto como para el espectador como para el músico.

ON: Leslie Patten ahora también comparte sus conocimientos musicales con niños y jóvenes que acuden a pasarla bien aprendiendo música en Kalimbá. ¿Qué les dices a ellos – y a nosotros – del compromiso de un músico con la Música?

LP: Para mí es como cocinar, si veo que le falta sal o pimienta a la comida pues le pongo, le sumo, siempre y cuando sea necesario. Nunca poner por poner, en la música jamás, eso es de arrogantes, adjetivo que para mí no combina con musicalidad, con calidad humana, y eso es lo que uno pone al tocar.