En el año 1991, inspirados por los ritmos californianos que entremezclaban el funk con punk, ska y otros, un grupo de venezolanos decidieron establecer su propia versión de lo funkylicious. Con Julio Briceño en el canto, en la guitarra José Luis Pardo, Armando Figueredo en los teclados y Mauricio Arcas y José Rafael Torres en la percusión y la batería respectivamente, se formó una banda que tomó al funk y lo amoldó a sus intereses, para darle un ánimo de fiesta latina, con virtuosas pinceladas de acid jazz.

Al menos eso fue lo que intentaron. No fue hasta 1995 que pudieron debutar discográficamente. A Typical And Autoctonal Venezuelan Dance Band, fue un álbum que produjeron ellos mismos sirvió para que en su Venezuela natal empezaran a ser considerados como una banda con virtudes. Pero el destino les tenía preparada otra cosa. Una de las 20 copias que dejaron en una disco tienda en Nueva York, fue adquirida por el ex líder de los Talking Heads, David Byrne, que los fichó para su disquera Luaka Bop.

Entonces en 1998 llegaría el destape. Todo Latinoamérica sacudió el cuerpo al ritmo de The New Sound of The Venezuelan Gozadera, álbum que traía verdaderas joyitas del latin funk como “Ponerte en Cuatro”, “Sexy” y “Disco Anal”. A partir de ahí, las pistas de baile de todo este lado del mundo, desde Estados Unidos hasta Chile, conocieron el potencial y ritmo de Los Amigos Invisibles.

Evaluando continuar su carrera en Los Estados Unidos por las facilidades de grabación y por los extraordinarios productores que ahí habían son nominados a los Grammy y Grammy Latinos por su tercer álbum Arepa 3000: A Venezuelan Journey To The Space, de donde se desprenden temas como “La Vecina” o “Cuchi Cuchi” que salió a la luz en el año 2000.

Esos dos discos, que graban con el sello de Byrne, los catapultan a una fama que, si bien no es abrumadora pues su música no es comercial, sí es importante. Contratados a lo largo del planeta para animar festivales en donde la música no sólo se escucha, sino que también se baila, Los Amigos Invisibles se demoraron en pegar en el Perú, pero en los últimos años se han convertido en uno de los espectáculos más solicitados por el público nocturno de Lima. El 20 de febrero vendrán con Jamiroquai e Illya Kuryaki. Como para reventarse el cerebro bailando.