Hasta el domingo 17 de mayo, el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú (Av. Camino Real 1075, San Isidro) y el Festival de Fotografía Getxophoto junto a la Fundación BBVA Continental y CNPC PERU presentan la muestra Estereografías, el mundo en 3D del Sr. D’angelo, exposición que reúne exclusivas fotografías que datan de principios del siglo XX, captadas en 3D por el Sr. D’Angelo, y que podrán ser vistas en formato de gran tamaño y en tres dimensiones mediante la utilización de cajas de luz y lentes especiales. La interesante exhibición podrá ser visitada de lunes a domingo, de 10:00 a 22:00 hrs. El costo de entrada es de S/. 5 en la boletería.

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La muestra que cuenta con la curaduría del promotor cultural vasco Jokin Aspuru, alberga una selección de 300 placas de vidrio originales que se conservan en el interior de un armario, hecho a medida y de muy pequeñas dimensiones, que la familia D’Angelo ha sabido conservar como un tesoro durante casi 100 años. Nunca salieron de ese pequeño cajón y su consumo ha sido un entretenimiento exclusivamente familiar durante décadas. Ahora, por primera vez, algunas de ellas se hacen públicas.

El señor D´Angelo tomó fotografías estereoscópicas, una técnica hoy en desuso, que permite obtener imágenes que pueden verse en tres dimensiones utilizando un visor o estereoscopio. Aunque es un hecho olvidado en estos días, la fotografía estereoscópica fue uno de los primeros fenómenos visuales de masas de la historia, a finales del XIX. Fue el gran pasatiempo de la burguesía de la época y las colecciones de estereografías, tanto sobre países exóticos como de personajes famosos o catástrofes, se vendían por millones. Era, por decirlo gráficamente, el 3D de hace cien años.

Aunque siempre fue un fotógrafo amateur, José D’Angelo fue un aficionado que se tomó muy en serio la fotografía. Sus instantáneas y la variedad de su obra lo corroboran. Cultivó géneros como el retrato (especialmente familiar), el paisaje, algo aparentemente tan contemporáneo como las puestas en escena o el registro de acontecimientos políticos y sociales. De esta manera creó un importante cuerpo documental sobre los años veinte en el Perú. Pero también podríamos añadir que muchas de sus fotografías — sobre todo las que tomó en Lima — son algo más que una mera memoria de lo que aconteció en aquel tiempo. Al observarlas recordamos algo que aún estaba por venir: la nueva Lima, la modernidad.

Además de una pequeña zona didáctica sobre estereoscopía, en la muestra también se podrán disfrutar dos pequeñas joyas. Se trata de dos autocromos esterereoscópicos, primitivas fotografías en color de que son una auténtica rareza en el Perú.