El programa MALI in situ regresa en una sexta edición con la presentación del reconocido artista mexicano Abraham Cruzvillegas, quien ha realizado para el MALI una especial adaptación de su proyecto Autoconstrucción. Bajo el título de Autodestrucción 7: Deshaciendo el nudo, el artista desarrolla una propuesta musical que gira en torno a un relato no lineal de ficción: el viaje prehispánico de un antepasado purépecha del artista, desde la región del actual Michoacán a la zona que hoy constituye el valle de Lima. Sobre esta supuesta travesía, el artista desarrolló una serie de relatos cortos.

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La primera etapa del proyecto consistió en la colaboración de las bandas Aeropajitas, Afrotrío, Comfuzztible, Ciudad Blues, Do Bemol, El Hombre Misterioso, Los Chapillacs, Los Protones, Moldes, Pedro Mo, Rafo Ráez & Los Paranoias e Ysabel Omega, quienes compusieron melodías que acompañaron los relatos de Cruzvillegas. El resultado de este trabajo conjunto — un disco compacto con más de doce canciones — será reproducido en distintos puntos de la ciudad de Lima en intervenciones callejeras realizadas por el artista con la ayuda de un sistema de sonido portátil, diseñado por él y fabricado con el apoyo de un artesano local.

Tras su periplo por la ciudad, este dispositivo musical móvil será presentado en el vestíbulo del MALI hasta el 8 de marzo, acompañado por una sala de consulta temporal con archivos impresos y de audio que dan cuenta del proceso de trabajo del artista durante la preparación del proyecto, iniciando así la segunda etapa. Más que exponer, lo que busca este proyecto es la generación de conocimiento a partir de la práctica artística misma y el encuentro con otros.

“Escribí relatos cortos en forma de letras para canciones, que pudieran tener o no que ver con temas como los viajes, la transformación, lo inestable de la identidad y lo precario de la historia como verdad. Músicos peruanos las hicieron propias creando sonidos para ellas, en un acto de intercambio que habrá de ser descifrado por el escucha, al igual que el posible mensaje redactado en los quipús. Cualquiera que fuera el contenido de las canciones será una mera interpretación que necesariamente significará la destrucción de cualquier intención comunicativa, deshaciendo nudo por nudo, será un ejercicio no menos caprichoso que el de destripar a una cabra para poder divisar el futuro, el pasado o todo revuelto”, señala Abraham Cruzvillegas.