Era 1876 cuando los padres de “Miranda Eve”, como la bautizaron sus “descubridores”, la colocaron en un ataúd con decenas de rosas y flores de lavanda. Ella tenía 2 años, 10 meses y 15 días. Ya en 2016, una familia de San Francisco que pretendía ampliar su patio la encontró y quedó horrorizada al ver su perfecto estado de conservación. Durante un año entero, se mantuvo en vilo esperando los resultados de una investigación que indicaría quién era la pequeña, de qué murió y si tenía en la actualidad algún pariente vivo.

Historiadores consultados por medios de comunicación locales indicaron que el terreno donde se encontró a la niña era para del antiguo Cementerio Odd Fellows que en 1920 había sido trasladado a otra parte de San Francisco, sin embargo se olvidaron de llevarse a la pequeña.

Así, los habitantes de esta comunidad decidieron enterrarla nuevamente en el cementerio real y la bautizaron como “Miranda Eve”.

Durante todo ese proceso, la genetista y fundadora del Proyecto Jardín de la Inocencia, Elissa Davey, realizó investigaciones y pruebas de ADN para descubrir su identidad verdadera. Así descubrió que su nombre era .

Davey logró determinar su árbol genealógico. La niña era hija de Horatio Nelson y Edith Scooffy Cook, murió el 13 de octubre de 1876 por culpa de una desnutrición severa, seguramente provocada por algún virus infeccioso que atacó su sistema inmunológico.

Además, los análisis del cabello de Edith más la comparación con su árbol familiar permitieron hallar a Peter Cook, su único pariente vivo.

Él vive actualmente en el Condado de Marin, en Bay Area y era el bisnieto de Milton H. Cook, hermano mayor de Edith.

La comunidad de San Francisco planea enterrar por tercera vez a la pequeña. Esta vez su lápida tendrá su verdadero nombre y la ceremonia contará con la presencia de su sobrino bisnieto.

no dejes de ver

Rusia: mujer salta del octavo piso para salvarse de un incendio