Cualquier guía de turismo en Portland (Oregon) le puede contar sobre los clubes de bailarinas desnudistas que hay en la ciudad. Hay decenas de ellos, para todos los gustos y en cualquier vecindario.

Sin embargo, cansadas de ver a extraños imponer su visión de cómo mejorar la situación de las desnudistas, algunas de las más experimentadas strippers han comenzado a dialogar directamente con legisladores estatales.

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Si bien en norteamérica las bailarinas presentan demandas judiciales, quejas a las autoridades normativas estatales y forman sindicalizado, la iniciativa de las strippers de Oregon es única: trabajar directamente con la Legislatura.

“No importa si usted trabaja en la educación, en el clero, cualquier trabajo de oficina, los trabajadores son los que saben cuál debe ser el óptimo ambiente laboral”, dijo Elle Stanger, principal defensora de este movimiento.

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Stanger ha trabajado cinco años como desnudista en el Lucky Devil Lounge. Está satisfecha con la administración, pero ha visto muchos clubes que no son tan buenos como el de ella.

“Algunos de los edificios están dilapidados, no les dan mantenimiento. Muchas bailarinas pueden lesionarse con vidrios rotos en el escenario o enredarse con los cables del equipo de sonido y caer. Solo queremos que estos centros de trabajo tengan las condiciones mínimas de seguridad,”,señaló Stanger.

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