Los lisiados del conflicto armado salvadoreño (1980-1992) continúan luchando, pero ahora su batalla es por una pensión más digna, 23 años después de la firma de los Acuerdos de Paz que terminaron la guerra civil.

Actualmente los discapacitados de guerra reciben pensiones de entre 114,77 y 286,94 dólares mensuales, dependiendo de su discapacidad, con las que apenas logran costear algunas de sus necesidades, por lo que continúan exigiendo al Gobierno de El Salvador una mejor paga.

Somos los que dimos nuestra sangre durante el conflicto

Juan Francisco Alvarado Escalante, un mayor de baja del Ejército salvadoreño, que el 10 de mayo de 1987 perdió la pierna izquierda tras pisar una mina durante un operativo militar en plena guerra civil aseguró que es urgente que el Gobierno mejore las pensiones de los lisiados del conflicto armado. “Somos los que dimos nuestra sangre durante el conflicto, para que ellos ahora gocen de paz”, indicó.

Sin embargo, reconoció que él, a diferencia de muchos lisiados, corrió con la suerte de recibir una beca por su lesión para terminar sus estudios universitarios, por lo que hoy se gana la vida como abogado y notario, pero que muchos de sus compañeros de lucha y lisiados en la actualidad sobreviven en el comercio informal.

“Ellos se rebuscan vendiendo dulces en los buses, vendiendo cualquier cosa. Es un trabajo digno, pero no es un reconocimiento del Estado para aquellas personas que lucharon por su país”, manifestó indignado.

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La vida está bien cara

Por su parte, Erick Ernesto Rodríguez, quien recibe una pensión de 286,94 dólares, por haber perdido el brazo derecho y la pierna izquierda en la guerra, comentó que trabaja cosiendo bolsones artesanales para venderlos y así lograr solventar sus necesidades.

“Pese a que lograron algunos beneficios luego del conflicto, aún necesitan una pensión mejor a la que tienen, porque la vida está bien car. La misma necesidad me llevó a aprender a coser bolsones; no gano la gran cosa, pero aunque gano algo”, señaló.

Una persona de 50 años ya no puede obtener empleos, mucho menos si tiene una discapacidad

José Antonio Amaya, coordinador general de los veteranos de guerra de la Fuerza Armada, comentó que no hay condiciones de oportunidad a la inserción productiva del país. “Una persona de 50 años ya no puede obtener empleo, ni mucho menos una persona con discapacidad, porque somos discriminados por el mismo sistema, la sociedad”, señaló.

De acuerdo a Amaya, debido a que no recibieron un tratamiento psicológico y una reinserción adecuadas muchos de sus compañeros lisiados de guerra han caído en drogas, bebidas alcohólicas, por sus diferentes tipos de depresiones.

Las cifras de la guerra

La guerra civil dejó más de 75.000 muertos, 8.000 desaparecidos y al menos 12.000 lisiados, según datos oficiales. Actualmente el Fondo de Protección de Lisiados y Discapacitados a Consecuencia del Conflicto Armado (Foprolyd) atiende a miles de lisiados y discapacitados del conflicto armado.