Sonia Vertucci fue condenada a tres años de prisión, luego de haber admitido que estafó a varios residentes de Queens (Nueva York), la mayoría inmigrantes, a los que prometió falsamente una amplia variedad de servicios, de los que obtuvo aproximadamente 100 mil dólares.

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El Fiscal General, Eric T. Schneiderman, aseguró que Vertucci (42), entre el 2012 y 2014, elaboró plan para estafar a inmigrantes neoyorquinos, prometiéndoles tarjetas de Seguro Social y ayuda para la obtención de la residencia legal. La acusada exigía su pago por adelantado y luego desaparecía.

“Nuestro mensaje es claro. Los estafadores que se aprovechan de los neoyorquinos vulnerables serán llevados ante la justicia. Aquellos que se aprovechan de los inmigrantes, u otros trabajadores neoyorquinos, con falsas promesas no serán tolerados en nuestro estado”, dijo el fiscal Schneiderman.

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Una mentira bien elaborada

Para engañar a sus clientes, Vertucci encubría su estafa con un barniz de legitimidad. La investigación reveló que ella alquiló locales en avenidas muy transitadas de Nueva York. Estos tenían nombres que suenan plausibles, como “Multi-Service Center” o “Tristate Business Center” y contaban con personal administrativo.

A los clientes se les dijo falsamente que Vertucci tenía abogados disponibles para asistir a los inmigrantes y se les dio recibos de pago que lucían oficiales. Sin embargo, ella no tenía negocios en los archivos del Departamento de Estado de Nueva York.

Todos los locales se alquilaron con cheques sin fondos. Según las autoridades, Vertucci desaparecía con el dinero de las víctimas justo antes de ser desalojada, luego creaba una nueva tienda y estafaba a nuevas víctimas.