El destructor navegó a menos de 20 kilómetros de las islas artificiales construidas por Pekín en aguas en disputa del mar de China Meridional, en el primer despliegue de este tipo que realiza la Armada estadounidense con en el poder.

Ante ello, dos buques militares chinos “advirtieron” al USS Dewey para que abandonara la zona, después de la incursión “sin permiso” del destructor.

Washington denomina estas incursiones “operaciones de libertad de navegación”, si bien Pekín considera que utiliza este argumento para socavar “su soberanía y sus intereses en materia de seguridad”.

Ante ello, China urgió a Estados Unidos a “corregir su mala conducta” en el mar de China Meridional. El portavoz del Ministerio de Defensa chino, Ren Guoqiang, explicó hoy que China ha presentado una protesta formal ante EEUU.

Asimismo, consideró que la decisión de mandar el destructor a la zona mina “la estabilidad” en la región. Este tipo de “errores”, señaló Ren, “provocará que China amplíe su capacidad militar y refuerce su Defensa”.

Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Geng Shuang, consideró que EEUU perjudica la buena tendencia que se vive en la región, en un momento en el que se estaba rebajando la tensión entre los países con reclamaciones en la zona.

“No conllevará nada bueno”, indicó sobre la acción estadounidense. El representante de la cancillería de China urgió a Washington a “no dañar la paz” en la zona y abstenerse de llevar a cabo otras “provocaciones”.

Según fuentes militares estadounidenses, el USS Dewey navegó a unos 20 kilómetros del arrecife Mischief en el archipiélago de las Spratly, pese a que en el pasado China ha repudiado estas incursiones pues reclama su derecho sobre las islas.

Al parecer, la Armada había solicitado a principios de año permiso para realizar “operaciones de libertad de navegación”, peticiones que el Pentágono rechazó hasta ahora con el objetivo de promover un acercamiento con China, informó la cadena CNN.

De hecho, EEUU y China habían acercado posturas tras la reunión entre el presidente Donald Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, en Florida, y el estrecho contacto que ambos líderes han mantenido desde entonces.

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Fuente: EFE

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