Todas tenemos esa amiga que pase lo que pase siempre está radiante y hace todo perfecto. No lo podemos entender porque el día anterior ambas nos dormimos a las 5 de la madrugada y fuimos a trabajar a las 9, y tú estás como un zombie mientras ella parece recién salida del spa.

¿Cómo lo hace? Es un completo enigma, hasta ahora. Aquí te mostramos las confesiones de las “mujeres compuestas” donde revelan su verdadera identidad: un completo desastre disfrazado de perfección.

1. Nos auto-recordamos que debemos mantener la compostura

Nos hemos visto en reiteradas ocasiones encerradas dentro de alguna caseta de baño, o detrás de alguna oficina con la puerta cerrada, repitiéndonos a nosotras mismas mentalmente (y a veces incluso en voz alta) que debemos “mantener la compostura”.

2. Cuando parecemos preparadas para algo, es todo una mentira

Si estamos en medio de una presentación, o dando un discurso frente a un gran grupo de personas o realizando cualquier tarea que se ve aparentemente fácil, probablemente se sentirá como lo opuesto. Esto debido a que nuestro cuerpo estará a punto de estallar por toda la cafeína que hemos ingerido durante doce horas seguidas, todo gracias a no haber dormido nada la noche anterior para poder tener preparado lo que sea que debíamos hacer.

3. Lucir bien es tan solo una fachada

Si aparecemos en alguna cena de cumpleaños, o cualquier tipo de junta, luciendo guapas pero sin poder respirar, lo más seguro es que hace tan solo 45 minutos atrás, seguíamos recostadas en nuestra cama, sin habernos ducharnos, disfrutando de una maratón de Netflix y tratando de convencernos a nosotras mismas que pronto deberíamos levantarnos para comenzar a alistarnos para poder salir.

4. No estaríamos donde estamos hoy de no ser por el champú en seco

Las personas creen que nos duchamos 6 veces al día, y que en cada una de esas duchas lavamos nuestro cabello. Pues sorpresa, no es así, de hecho, lo lavamos menos que el promedio de la gente.

5. No nos creen cuando contamos que estamos mal, pues les parece imposible

Cuando hablamos sobre lo mal que nos sentimos, todos se ríen, incluyéndonos, porque pareciera que estamos bromeando, pero no estamos bromeando. Todo en nuestras vidas está a un solo paso de caerse a pedazos. Es algo difícil.

6. Hacemos magia por la mañana. Magia que ni nosotras nos creemos

Nunca nos disculpamos o nos sentimos culpables por la manera en la que nos vemos a las 8 AM, porque, honestamente, estamos impresionadas una vez más con nosotras mismas por estar fuera de la casa a esa hora.

7. Podemos salir de la cama y estar en la oficina, todo dentro de treinta minutos

No nos pregunten cómo lo hacemos, porque no lo sabemos. Debe ser debido a que comemos una rosquilla camino al baño, nos lavamos los dientes mientras nos encrespamos las pestañas, nos vestimos mientras seguimos semi a oscuras, y luego solo cruzamos los dedos para que todo salga bien.

8. Posponemos, mucho

A veces tenemos algo que realmente hay que hacer, pero aún así terminamos accidentalmente viendo veintitrés videos en YouTube de corrido. Entonces luego debemos pasar despiertas toda la noche haciendo lo que sea que era nuestra responsabilidad, para luego terminar quedándote dormida. Lo que resulta en despertarse tarde pero aún así conseguir llegar a la oficina arreglada en un rango de media hora.

9. Pareciera que podemos manejar el alcohol bastante bien, y así es

Pero al día siguiente permaneceremos en nuestra cama durante cinco horas, cuestionándonos nuestras decisiones de vida mientras intentamos decidir qué vamos a pedir en algún tipo de comida rápida.

10. Elegimos muy bien el material que compartir

Hay una alta probabilidad de que, si te han llegado fotos nuestras mostrándote cómo nos vemos después de una noche con alcohol, es porque nos hemos tomado más de doce imágenes distintas. No para conseguir una en la cual nos veamos mejor, sino para encontrar aquella en la cual se pueda realmente valorar nuestro estado.

11. No tenemos nada en orden

Nos sabemos un rap de memoria, pero sin embargo, siempre debemos presionar el botón “¿Olvidó su contraseña?” por lo menos una vez a la semana. ¿No creen que sería mejor usar la misma contraseña, la misma mayúscula, con exactamente los mismos números para todas nuestras claves y así facilitar nuestras vidas? No.

12. Las maletas no son nuestro fuerte

Cuando viajamos, todas nuestras maletas están al borde de explotar. Esto se debe a que siempre esperamos al último minuto para ponernos a empacar, y cuando lo hacemos, decidimos que debemos llevar absolutamente todo con nosotras. Por lo menos nuestro estilo viajero es relajado-chic.

13. Pero finalmente lo logramos

Puede que seamos un desastre. Puede que no tengamos todo planificado. Puede que nos estemos moviendo en 16 direcciones distintas al mismo tiempo. Pero de alguna u otra forma, siempre conseguimos lo que queremos.

Visto en Thought Catalog