Deja de pasar tiempo con las personas equivocadas. La vida es muy corta como para gastarla junto a personas que succionan tu energía y felicidad. Si alguien te quiere en su vida, harán espacio para ti, no deberías pelear por un lugar. Nunca jamás insistas con alguien que te pasa por alto. Recuerda que los verdaderos amigos no son necesariamente aquellos que se quedan contigo en los buenos tiempos, sino los que permanecen en las peores situaciones.

Deja de huir de tus problemas. ¡Enfréntalos! No será fácil, nadie es capaz de salir ileso de todos los problemas. No siempre se puede salir instantáneamente de un problema cuando se presenta, no estamos hechos para eso. De hecho, lo normal es que sintamos tristeza, enojo, dolor, incertidumbre, derrota. Este es el propósito de la vida: Enfrentar los problemas, aprender de ellos, adaptarse y, finalmente, resolverlos con el paso del tiempo. Es lo que nos convierte y moldea a lo largo de la vida.

Deja de mentirte. Puedes mentirle a cualquiera en el mundo, pero no puedes mentirte a ti mismo. Nuestra vida mejorará sólo cuando aprovechemos las oportunidades y la primera y más difícil es ser realmente honestos con nosotros mismos.

Deja de aferrarte al pasado. No puedes comenzar un nuevo capítulo en la vida si sigues leyendo y releyendo el anterior.

Deja de tenerle miedo a los errores. Hacer algo y equivocarse es, al menos, diez veces más productivo que no hacer nada. Cada éxito trae una historia de fracasos detrás y cada error es un paso más cerca de la victoria. Uno termina arrepintiéndose de las cosas que no hizo más que de las cosas que hizo.

Deja de buscar la felicidad exclusivamente en otros. Si no eres feliz con quien eres por dentro, no serás feliz en una relación de largo plazo con cualquier otra persona. Primero tienes que crear estabilidad en tu propia vida, antes de que puedas compartir la vida con alguien más.

Deja de quejarte y de sentir pena de ti misma. La vida tiene sus altibajos por una razón: para moldear tu camino en la dirección correcta para ti. Puede que no veas o entiendas todo en el momento en que sucede, eso puede ser muy duro. Pero recuerda los momentos difíciles que ya has pasado: Casi siempre nos llevan a mejores lugares, personas, estados mentales o situaciones, eventualmente. ¡Así que sonríe! Deja que todos sepan que hoy eres mucho más fuerte que ayer, y así continuarás.

Deja de pasar por alto la belleza de los pequeños momentos. Disfruta de las cosas pequeñas porque un día mirarás atrás y descubrirás que eran, en realidad, las cosas más grandes. La mejor parte de tu vida serán las cosas pequeñas, momentos innumerables que invertiste sonriendo a quien te interesa de verdad.

Deja de actuar como si todo estuviera bien cuando no lo está. Está bien quebrarse de vez en cuando, no tienes que pretender ser fuerte, no hay necesidad de probarle a nadie que todo está perfectamente todo el tiempo. No debería preocuparte lo que los demás piensan. Llora si lo necesitas, es saludable dejar fluir esas lágrimas. Cuanto más pronto lo hagas, más pronto serás capaz de sonreír de nuevo, sonreír de verdad.

Fuente: Upsocl

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