Nos seguimos cuestionando si las decisiones que tomamos son las correctas, pero no es que lleguemos al mundo con un manual de instrucciones sobre cómo hacer las cosas bien todos los días.

Después de todo, ¿por qué el estar equivocado tiene que ser la gran cosa?

El tratar de desconectarte de una situación que se tornó demasiado confusa puede ayudarte a ver las cosas de un modo diferente y respirar un poco. No significa que te rendiste ni que fracasaste, de hecho, significa madurez.

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El dejar ir implica mucho coraje; tenemos que admitir que algo anda mal y luego debemos esforzarnos para arreglarlo. Estas son las situaciones en las que dejar ir es exactamente lo que te hará bien:

Cuando se trata de amor

Es agradable saber que tienes a alguien con quien acurrucarte y quien te logra sacar una sonrisa nada más que enviándote un dulce mensaje de texto.

La verdad es que nadie quiere estar solo, y el dicho de que “prefiero estar solo a ser infeliz” en verdad sólo funciona en teoría. Saber si debes terminar o no con tu pareja es algo difícil de descifrar. No importa si han estado saliendo por dos días o dos años; si es algo casual o es la persona de tus sueños, uno puede darse cuenta cuando alguien está jugando con tu corazón, o cuando tu estás jugando con el suyo.

Lo sabes porque es simplemente demasiado complicado en todos los sentidos y sigues haciéndote un millón de preguntas sin encontrarles nunca una respuesta. Puedes decidir hacer caso omiso a todo esto, dejar de hacerte todas esas preguntas y vivir el presente. También puedes rehusarte a conformarte con algo que no te hace sentir bien. Al fin y al cabo, son tu corazón y tus sentimientos los que están en juego.

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2. Cuando se trata del trabajo

Normalmente me encuentro con personas que odian profundamente sus trabajos. Se sienten aterrados con la idea de ir a trabajar en las mañanas y tener vida solo los fines de semana. Y a veces, conozco personas que simplemente aman lo que hacen.

Hay muchas razones por las que uno no puede llegar y renunciar a su trabajo y hay muchas maneras en que la situación puede tornarse en un verdadero infierno en la tierra.

No hay una forma buena o mala con respecto a cómo te sientes con tu vida laboral. Algunas personas se sienten bien al dejar de pensar en su trabajo al momento de irse a casa, mientras que otros no pueden vivir sin estar buscando algo más. Solo debes saber dónde estás parado y comenzar desde ahí.

3. Cuando se trata de los amigos

Nadie es perfecto. A veces filtro llamadas cuando no tengo ganas de hablar. ¿Acaso eso me hace una mala persona?

Yo veo las relaciones del mismo modo en que veo la vida: ambas tienen altos y bajos, y a veces, algunas personas no soportan el viaje y deciden no continuarlo. Hay personas que me hacen bien y otras que me hacen mal, y si bien todas las relaciones son similares al principio, tarde o temprano terminamos reconociendo las positivas y las negativas. El aferrarte a las personas por las razones equivocadas solo te llevará a los peores lugares. No tiene por qué ser la culpa de nadie; simplemente no tengas miedo de dejar ir a algunas personas.

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4. Cuando se trata del mundo

A veces no puedo evitar pensar que el mundo se ha convertido en un lugar tenebroso para vivir. Hay guerras, terror y gente muriendo. A medida que pasa el tiempo, pareciera que la única salida es aún más violencia.

Cada vez es más difícil creer que habrá un desenlace pacífico en algún momento, sobre todo en una época en la cual expresar el odio nunca ha sido más fácil. Pero recuerdo que, no importa qué tan mal han estado las cosas antes, algunas personas se las arreglan para ver esperanza en el mañana.

Tal como Mahatma Ghandi solía decir: “Cuando pierdo la esperanza, recuerdo que a través de toda la historia el camino de la verdad y el amor siempre han triunfado. Han existido tiranos y asesinos y, por un tiempo, pueden parecer invencibles. Pero al final siempre caen. Siempre”.

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5. Cuando se trata de ti

Está bien tener grandes expectativas; no tiene nada de malo el querer la mejor vida posible. Cuando se trata de ti y de las decisiones que tomas en la vida, tienes que dejar ir esa amargura y culpa que sientes por no lograr alcanzar las metas que te has propuesto. Debes dejar atrás tus miedos y ese pasado que te atormenta y no te deja avanzar.

El dejar ir no significa rendirse; solo significa que has decidido organizar una situación en tu vida, bajo tus propios términos.

Así que vamos, dale un cierre a la vida y date a ti un respiro. Mientras la vida siga, no es el fin del mundo.