1. No se molestan en hacer que les gustes, principalmente porque no les importa si les gustas o no. Están a gusto ellas mismas. Podrían agradarte. Podrías odiarlas. Podrías no prestarle ningún tipo de atención – para ellas, no va a hacer ninguna diferencia.

Hacen lo que hacen porque están decididas a hacerlo. No están intentando ganar tu aprobación o aceptación. No quieren ser parte de tu equipo. Viven sus vidas en la forma que mejor les parece y si te agradan por ello, genial. Si no, que así sea.

2. Hacen cosas porque quieren hacerlas, no porque creen que deben hacerlas. No creen que deban hacer nada. Si están haciendo algo, o yendo a algún lugar, o participando en algo, es porque eso es exactamente lo que quieren hacer.

Nadie las fuerza o engaña para que hagan algo porque valoran su opinión por sobre la de los demás. Hacen lo que les parece correcto y no se molestan en pedir permiso – simplemente lo hacen.

3. Cuando les preguntas qué es lo que hacen no te dicen cual es la denominación de su puesto de trabajo. Te cuentan sobre las cosas que están haciendo con sus vidas — sobre los lugares que han visitados y los que planean visitar. Sobre los proyectos que están comenzando o de los que son parte. Sobre los problemas que desean solucionar y las comunidades con las que están trabajando para lograrlo.

Cuando les preguntas qué hacen, responden con lo que hacen en sus vidas, no con el trabajo que realizan para poder pagar por las vidas que algún día quieren vivir. El truco es que estos individuos saben que no hay que esperar a vivir la vida que desean vivir. Vives tu vida ya sea que aceptes o ignores el hecho de que como la forma en que vives el momento determina lo feliz que eres.

4. Cuando les preguntas donde viven, responden “En este momento…”. Las personas felices no se quedan quietas. Quizás es porque viajar le hace bien al alma. O quizás es porque el estancamiento de quedarse en un lugar toda su vida los aburre.

Quizás es porque aman conocer gente nueva y tener nuevas experiencias. O quizás es porque no han encontrado el lugar adecuado para establecerse aún. Verás, estos individuos ven el mundo como su hogar – no un solo país o ciudad. Si les preguntas donde viven, ellos te responderían “el planeta Tierra” si no sonara tan pomposo.

5. Tienen su propia filosofía, una religión propia que han creado ellos mismos y por la cual se rigen. No necesitas un libro que te diga cómo vivir tu vida. Puedes vivir tu vida de acuerdo a cualquier filosofía que quieras – siempre y cuando encuentres verdades que te llenen. Ellos tienen un fuerte sentido del bien y el mal y son sus propios jueves.

6. Ven el mundo como su patio de juegos y su mente como el que lo controla. No creen en que el mundo es de una sola forma – una realidad única que existe. En cambio, creen en que ellos mismos son quienes dan origen a su realidad.

Creen que tienen el control completo sobre como interpretan lo que perciben. Ven el mundo de la forma en que deciden verlo porque comprenden el poder que tal habilidad tiene. Todos vivimos en nuestra propia realidad, bajo permanente construcción. Algunos de nosotros simplemente construimos esa realidad mejor que otros.

7. Viven el momento pero sueñan con el futuro. Las personas felices tienen esperanzas, sueños y metas. Tienen deseos y aspiraciones, pero no se permiten a sí mismos quedar atrapados y perderse en ellos. No es tanto que tengan un tiempo y espacio para soñar sino se recomiendan un máximo de tiempo para ello, el cual está determinado.

No puedes vivir la vida haciendo nada más que mirar hacia el futuro porque sólo te perderás de las cosas que actualmente importan o existen: el presente. El momento inmediato es el único momento en el que puedes vivir. Todo el resto es solo una ilusión.

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